Con el tradicional entierro de la cápsula de los deseos se dio inicio a la obra de equipamiento comunitario para el Cerro La Cruz, en el marco del Programa Quiero Mi Barrio, que representará el centro cultural, social y deportivo del sector destinado a fomentar la vida barrial, así lo manifestó Cristián Bahamondez.

La actividad contó con la presencia de la intendenta, Gladys Acuña; el alcalde de Arica, Gerardo Espíndola; la seremi de Vivienda y Urbanismo, Claudia Bustos; el director del Serviu, Juan Arcaya, dirigentes vecinales; además de la comunidad del sector que celebro el inicio de esta obra altamente demandada.

Los vecinos participaron felices de la ceremonia y depositaron para las futuras generaciones sus deseos y anhelos para el nuevo equipamiento. Al respecto, Cristián Bahamondez, señaló “es algo muy importante para nosotros porque lo hemos esperado por mucho tiempo, un trabajo realizado de manera conjunta con el Programa Quiero mi Barrio y los vecinos en general, se ha logrado esta obra maravillosa para los jóvenes, adultos, porque habrá espacio para todos”.

Respecto de los trabajos, la intendenta explicó que este proyecto proporcionará a la comunidad la reconstitución de un espacio público altamente deteriorado y precarizado, el cual actualmente es un soporte para situaciones de riesgo e inseguridad a vecinos y transeúntes. Agregó que este mejoramiento, sumado al recambio de luminarias a través de la Obra de Confianza en la totalidad de los pasajes del barrio, significa una apuesta por mejorar progresivamente la calidad de vida de los habitantes del barrio, dotando de más y mejores espacios públicos que sean seguros y de calidad.

La seremi Claudia Bustos, recalcó que se trata de un proyecto de 317 millones de pesos que se levantó a través de un diseño participativo y que comprende el mejoramiento de la superficie actual con áreas verdes, la multicancha existente e incluir nuevos programas como una zona de juegos y para actividades relacionada a mejorar la convivencia entre vecino y solucionar el problema del déficit de espacios públicos.

Se espera que el nuevo equipamiento beneficie directamente más de 1.600 habitantes del barrio que corresponden a 389 viviendas. A los que se sumaran los otros sectores de Fuerte Ciudadela, Miramar y Baquedano.